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LA INVASIÓN
DE
eeeiBENTE
PARTES OFICIALES
PUBLICADOS POR EL
C. TOMAS ESTRADA PALMA
DELEGADO PLENIPOTENCIARIO DEL GOBIERNO DE LA
I REPÚBLICA DE CUBA.
v0^>ír
I .
Imprenta "América"
S. FIGUEROA, EDITOR
S84PBARLST. NBWTORK
1896
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>3^
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líos, en los potreros de " Guaramanao " y " Lavado," sin que dichos
encuentros detuvieran nuestra marcha hacia el Camagüey, cuyas tierras
saludamos el día 8 de noviembre, y los aludidos combates tuvieron
lugar, en ese día, el del " Lavado," y el día anterior el de " Quarama-
nao." Nuestras bajas fueron cinco heridos (Núm. 1). Yéase el Apén-
dice.
Desde el día 8 hasta el 29 siguió la columna su itinerario de
avance sin tropiezo alguno por las tierras del Camagüey, pasando por
" Guamabo," " Loreto de Vía-ya," " Matüde," " San Andrés," " Ciego
de Na jasa," " Consuegra," " Antón," " Las Guásimas," " Divorcio,"
"Hato Arriba," " Ciego Escobar," "Santo Tomás" y "Artemisa.'^
Durante el trayecto se incorporó la caballería camagüeyana al mando
del bizarro general José María Rodríguez, jefe del Tercer Cuerpo de
Ejército, efectuándolo también el contingente del Segundo Cuerpo
de Ejército (Oriente), al mando del coronel Esteban Tamayo. El
enemigó, vista sin duda la imposibilidad de interrumpimos la marcha
por el territorio del Camagüey, trató de cortarnos el paso en la " Tro-
cha" de Morón, ó séase la famosa línea militar construida en la pasada
guerra para impedir, á modo de dique infranqueable, la invasión de
nuestras fuerzas al territorio de " Las Villas."
Sabíase de antemano que numerosas fuerzas enemigas ocupaban
las poblaciones de Ciego de Avila, Morón y Jácaro, además de la vía
férrea, guardada por una doble línea de fortines. El 29, á las siete de
la mañana, pasaba nuestra vanguardia la tan renombrada Trocha
militar, por la que cruzó seguidamente el resto de la columna á los
aires marciales de la música y con las banderas desplegadas. Al otro
lado de la línea quedaron las fuerzas del Camagüey para contramarchar
después de haber salvado nuestra columna la temible barrera. El plan
adoptado por el general Maceo para cruzar la Trocha fué aproximarse
lo más posible á Ciego de Avila, simulando un amago, á fin de que el
enemigo cayera en tal estratagema y acumulara sus elementos sobre
Morón en la seguridad de que por este punto se verificaría nuestro paso :
el enemigo quedó burlado.
El mismo día 29 se reunía nuestra columna con el General en Jefe
Máximo Gómez, abrazándose los dos caudillos en medio del entusiasmo
de todo el Ejército, unido por un solo vínculo y dispuesto á ofrendarse
en aras de la libertad de Cuba. Fué aquel un hermoso acto de confra-
ternidad y fervor patriótico. Con el General en Jefe venían los gene-
rales Roloff y Serafín Sánchez : el primero, Secretario de la Guerra, y
Jefe del Cuarto Cuerpo de Ejército el segundo. Nuestras fuerzas en
esta reconcentración ascendieron á 2,600 hombres.
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El día 2 de diciembre, al levantar el campamento en el sitio nom-
brado ^^ La Bef orma/' oyéronse algunos disparos en ana de la£ avanzadas,
por lo qne se. prepararon las fuerzas para el combate ; pero emprendióse
poco después la marcha en dirección á " Trilladeritaíi." El general
Maceo quedó á retaguardia con 80 hombres de infantería del Regi-
miento " Prado " y algunos grupos de caballería, sosteniendo nn reñido
combate por espacio de una hora, mientras desfilaba nuestra impedi-
menta por un camino angosto y lleno de lodazales. El general, con
pericia suma, contuvo al enemigo, siendo el último eií retirarse del
combate, después de reconocer el campo de la acción. Nuestras bajas
fueron siete : nn muerto y seis heridos. Las del enemigo debieron ser
considerables en atención á los certeros disparos de nuestra infantería,
que peleó con el denuedo y serenidad de costumbre. La columna
española iba mandada por el general Suárez Valdés (Núm. 2). Véase
el Apéndice.
El día 3, después de haberse dispuesto que las fuerzas de infante-
ría se encaminasen hacia el valle de Trinidad para invadir aquella
comarca, emprendimos marcha con rumbo á Sancti-Spíritus, cruzando
el río Jatibonico á las nueve de la mañana. Aunque no con exactitud,
se tuvo noticia de que el enemigo estaba en aquellas cercanías. Al
ordenarse que se abreviara el paso sonaron los primeros tiros. El ge-
neral Gómez, que iba á la vanguardia con la caballería de las Tillas,
dispuso que la impedimenta siguiera la marcha y preparó las fuerzas
para el combate. El enemigo, que se hallaba junto al fuerte de
"Iguará," tomó posición al divisar nuestros jinetes, rompiendo el
fuego sobre el Estado Mayor y escolta del general Maceo, sostenido
por el general Gómez con ardimiento y serenidad imperturbable.
A todo galope llegó el general Maceo con la caballería de Oriente,
formalizándose entonces el combate, que fué reñido y sangriento.
Nuestros jinetes se lanzan á la carga y hacen retroceder en dispersión
á la infantería española en una serie de choques por entre la maleza y
otros obstáculos naturales. Fueron macheteados algunos soldados,
cuyos cadáveres quedaron en el campo, é innumerables los muertos y
los heridos á balazos. Se recogieron 54 fusiles y 800 tiros, con 20
acémilas aperadas del todo. El combate duró cerca de dos horas.
Nuestras bajas fueron 41 : de ellas 3T pertenecientes á las fuerzas de
Oriente. Cayó atravesado de un balazo el valiente teniente coronel
Andrés Hernández, jefe de la escolta del general Maceo, modelo de
ardimiento y fidelidad. Los restos de la columna española debieron
su salvación al fuerte de " Iguará" (Núm. 3). Véase el Apéndice.
Los días 4, 5, 6, 7 y 8 de diciembre continuó la marcha la colum-
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na invasora, pasando por " Ciego Potrero," " El Remate,'^ " Sabanilla,"
"Eío Zaza" y "Las Pozas," de la comarca de Sancti-Spíritus, despi-
diéndose el Gobierno que retrocedió para Puerto Príncij)e y Departa-
mento Oriental, pronunciándose en dicho acto sentidas y patrióticas
alocuciones: el Presidente de la República puso en manos del invicto
caudillo de Oriente, general Maceo, la lujosa bandera bordada por las
bellas hijas del " Tínima," para que ella fuese el emblema de la patria
cubana y la insignia triunfal dé nuestra invasión á Occidente.
El día 9 pasó nuestro Ejército por las inmediacions del pueblo de
"Fomento," jurisdicción de Trinidad, siendo tiroteados los fuertes.
A la una de la tarde del expresado día, en el camino de Santa Clara,
libróse combate con una colunmna enemiga que se encontraba en el
punto nombrado "Casa de Teja" protegiendo. unas obras de fortifica-
ción. Se dieron dos soberbias cargas de caballería que pusieron en
dispersión al enemigo. De nuestras fuerzas solamente entraron en
combate unos cien jinetes pertenecientes á los Cuerpos de Estado
Mayor de los generales Q-ómez y Maceo y sus respectivas escoltas.
Tuvimos doce heridos, todos leves. El enemigo debió sufrir bajas
de consideración, pues nuestros disparos fueron bien dirigidos y á
quemarropa (Núm. 4). Véase el Apéndice.
El día 10 acampamos en el delicioso valle de Manicaragua.
Los días 11, 12 y 13 fueron de bregar incesante, en "Manacal,"
camino del " Quirro " y de la " Siguanea " respectivamente, contra
numerosas fuerzas españolas que acudieron en combinación para
interceptamos el paso á la zona de Cienfuegos. La acción del día 11
empezó á las tres de la tarde y terminó á las siete de la noche. Nues-
tras fuerzas se batieron en campo raso con el denuedo y disciplina de
tropas veteranas. Durante toda la noche fué hostilizado el enemigo y
atacados sus cuerpos de guardia. El combate del día 12 se señaló por
una serie de emboscadas dispuestas y dirigidas personalmente por el
general Maceo, que causaron al enemigo muchas bajas, sin que por
nuestra parte tuviésemos que lamentar novedad alguna; y análogo
carácter revistió la función de guerra del día 13 en el trayecto que
media del " Quirro " á " Siguanea ; " emboscadas que situadas en los
senderos y lligares más abruptos de la sierra, obligaron con sus mortí-
feros disparos á hacer contramarchar la columna española. Nuestras
bajas fueron 24 y ocasionadas en la acción del día 11 (Núm. 5). Véase
el Apéndice.
El día 14: entramos en la jurisdicción de Cienfuegos por " Baraja-
gua," acampando en " Guama."
El día 15, á las ocho de la mañana, libróse sangriento combate en
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el ingenio "Mal Tiempo," camino de Cruces, siendo completamente
destrozada la columna española y rotos uno tras otro la serie de cuadros
con los que trataba de contener las arremetidas de nuestros jinetes.
Fueron macheteados 210 individuos; cogidos 110 fusiles Maüser, 80
Remington, 10,000 cápsulas, los equipos, las acémilas, el botiquín, el
archivo y la bandera. Por esta insignia y los documentos hallados en
el archivo, se Vino en conocimiento que la columna española se compo-
nía de fuerzas de infantería del Regimiento " Canarias " y caballería
del Regimiento " Treviño." Las cargas de caballería fueron dirigidas
personalmente por los generales Gómez y Maceo. Nuestras bajas
ascendieron á 27 : una de las más sensibles fué la muerte del teniente
coronel José Cef í y Salas, modelo de bravura y ardimiento.
Mientras se organizaba la marcha, después de un ligero descanso
empleado en la curación de los heridos y reparto de los trofeos arreba-
tados á los soldados españoles, asomó la cabeza de otra columna por
la vanguardia, la que fué atacada por la escolta del general Maceo. Con
rapidez suma se formó una fuerza de infantería armada con los fusiles
cogidos en el combate de " Mal Tiempo," la que, situada sobre una
pequeña eminencia, acribilló durante media hora al enemigo, obligán-
dolo á retroceder precipitadamente, mientras la caballería lo cargaba
por uno de los flancos. El general Gómez, que había marchado con
parte de las fuerzas, chocó con otra columna enemiga y, con el auxilio
de la brigada Zayas que se incorporó en aquellos momentos, hizo gran
destrozo en las filas enemigas, triplicando de ese modo los laureles de la
jomada. Durante la acción de " Mal Tiempo " fuerzas de nuestra
retaguardia, al mando del coronel Pedro Díaz, contuviéronlas primeras
tropas que acudían en auxilio de la columna destrozada por nosotros en
el mencionado combate. Acampamos á las 10 de la noche en el ingenio
" Aguada de Flores," habiendo permanecido diez y siete horas sobre
las monturas (Num. 6). Véase el Apéndice.
El día 16, en el camino de Santa Isabel de Lajas, fué acuchi-
llada una guerrilla española que practicaba un reconocimiento por
aquellos alrededores.
Los días 17, 18 y 19 continuamos la marcha por la jurisdicción de
Cienfuegos escoltados por SpOO soldados españoles (Núm. 7). Véase
el Apéndice.
El general Maceo dispuso la salida de diferentes columnas flan-
queadoras para que marchasen paralelamente con el grueso de nuestras
fuerzas y ordenó al general Lacret que hiciera un rápido movimiento
de avance por el norte de la provincia de Matanzas. Se despacharon
correos al Camagüey para que el general José M. Rodríguez pasara la
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" Trocha " con el segundo contingente de Oriente qne debía ya encon-
trarse en el territorio mencionado. La situación de nuestras fuerzas al
invadir el territorio más poblado y rico de la isla, era la siguiente :
Quintín Bandera sobre el valle de Trinidad, fuerzas de Legón y Castillo
sobre Sancti Spíritus y la " Trocha,'' sobre Remedios, Santa Clara,
Cienfuegos y Sagua, fuerzas de Pedro Díaz, Zayas, Bego y Cortina
respectivamente. Sobre Cienfuegos se mandaron también fuerzas de
Arteaga y se confió á Bafael Cárdenas la invasión de las zonas de Colón
y Cárdenas.
El día 20, después de tiroteado el enemigo que se encontraba en
"Lequeito," emprendimos marcha en dirección á "La Colmena,"
donde tuvo efecto una brillante acción que dio por resultado la derrota
de una fuerte columna española, batida principalmente por nuestra
infantería al mando de los hermanos Ducasse, rivales en denuedo é
inteligencia. Una carga de caballería, en la que tomaron parte 400
jinetes, coadyuvó á la derrota del enemigo, que debió su salvación á
las breñas y vericuetos. Nuestras bajas fueron 7. Acampamos á las
12 de la noche en el ingenio " Desquite," provincia de Matanzas, juris-
dicción de Colón. En la ciudad de este nombre se encontraba el gene-
ral Martínez Campos con 7,000 hombres. La jomada fué muy rada ;
de diez y siete horas consecutivas á caballo (Num. 8). Véase el
Apéndice.
El día siguiente, 21, al toque de formación siguió el de degüello^
dándole una carga dentro del mismo campamento á la vanguardia de
una columna enemiga que se habí» apoderado de unos palmares conti-
guos al lugar. Fueron macheteados 19 soldados : los demás debieron
su salvación á la fuga y buena distancia en que se hallaban del alcance
de nuestros jinetes. En marcha nuestra columna encaminóse hacia la
zona de los ingenios, dando comienzo á la quema de los campos de
caña. Fué atacado por fuerzas de la retaguardia el destacamento de la
colonia " Antilla," que no capituló gracias al oportuno auxilio de una
columna fuerte de 1,500 hombres, con la que trabaron combate las
mismas fuerzas que asediaban el destacamento. Nuestras bajas en ese
día fueron 28 : de ellas 24 pertenecientes á las fuerzas de Oriente. A
las 12 de la noche acampamos en la finca " Santa Elena," centro de la
zona más poblada de Colón. De dicha plaza pasó nuestra columna á
un kilómetro y medio de distancia. Permanecimos á caballo 16 horas
consecutivas. Durante toda la noche se oían los silbatos de las loco-
nM>toras que conducían trenes cargados de tropas.
Con todas las precauciones necesarias, á las 7 de la mañana del día
22 se emprendió marcha pasando á tiro de fusil del pueblo " Perico '*
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y á igual distancia del ingenio " España," propiedad de Romero Ro-
bledo, incendiando sns cañaverales. A las 6 de la tarde, después de
reducir á pavesas los cañaverales de nueve ingenios, ubicados en el tér-
mino municipal de Colón, establecimos nuestro campamento en el
ingenio *' Herrera,"jurisdicción de Cárdenas, rodeados por ima muralla
de llamas. En esta jornada, la más peligrosa de la campaña invasora,
no sonó un solo tiro, habiendo atravesado á paso lento una extensa
zoDa poblada de ingenios, en medio de una red de vías férreas y ates-
tadas de tropas españolas. Este era el lugar donde el general Martínez
Campos tenía dispuesta la ratoneray según dijo con anterioridad un
periódico de la capital que bebía en buenas fuentes de información.
El general Maceo, unas veces en la extrema vanguardia y otras en la
retaguardia, dirigió la marcha de la columna á modo de experto piloto
que guía lanave por entre arrecifes y bajíos, sorteando todos los obs-
táculos hasta llegar al mar libre. La estrategia en estas operaciones es
una serie de movimientos en zic-zac casi siempre de Este á Oeste,
aproximándose lo más posible á una determinada zona enemiga para
luego alejarse y continuar el avance. Mientras sorteaba nuestra colum-
na los peligros de tantas fuerzas enemigas acumuladas en tomo de ella
para desviarla y batirla fraccionada, el general Gómez con 500 jinetes
en una rápida evolución de flanco da vista al poblado de " Roque " y
entra triunfalmente en el caserío. iN'uestras fuerzas, pues, se dividen
para reunirse de nuevo al día siguiente.
El 23 atravesamos la línea férrea de Cárdenas á Júcaro y los ra-
males de la Empresa Unida por Bemba, Madan y Tosca, destruyendo
algunas alcantarillas é incendiando varios paraderos. A las 4 de la
tarde llegaban nuestros exploradores al poblado de Coliseo, que se atacó
é incendió por haber hecho resistencia sus moradores. El grueso de la
columna y la impedimenta marchaban ya hacia el caserío de Sumidero,
cuando se vio asomar y luego desplegarse en son de batalla una nume-
rosa columna española, rompiéndose por ambas partes el fuego momen-
tos después. El combate duró una hora, siendo contenido el enemigo
á pesar de la enorme disparidad de las fuerzas que tomaron parte en la
acción : doscientos jinetes cubanos, á lo sumo, contra dos mil quinientos
españoles de infantería (Núm. 9). Yéase el Apéndice.
Los días 24, 25, 26, 27 y 28 fueron de marchas constantes á través
del campo enemigo, pero del que obtuvimos magnífica cosecha de lau-
reles, entre otros la rendición dé tres guarniciones de los ingenios
" Diana," " Socorro " y " Caraballo " sin otra novedad que la de haber
sufrido cinco bajas en el paso de "La Entrada," camino de Jagüey
Grande. Iniciamos nna marcha de retroceso hacia las Villas, llegando
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á la jurisdicción de Cienfuegos, para volver el día 28 á la provincia de
Matanzas. Acampamos en '^ Triunfana," á media legua de Calimete.
Algunos disparos de fusil en la mañana del 29 anunciaron la
proximidad del enemigo. Media hora después se trabó un reñido y
sangriento combate en las cercanías de Calimete. El enemigo, formado
en tres cuadros, inició un movimiento de avance ; pero deshecho uno
de ellos y macheteados la mayor parte de sus componentes, se batió en
retirada, aunque siempre con serenidad. El combate duró hora y
media, decidiéndolo nuestra infantería. Emprendida la marcha, des-
pués de curados los heridos, hubo que librar nuevo combate en terrenos
del f*entral ^^ María," donde se hallaba una columna al mando del gene-
ral Q-arcía Navarro, apoyada en los edificios del batey y al parecer en
combinación con la de Calimete ; pero no salió de las trincheras á pesar
de los muchos elementos con que contaba. A las 4 de la tarde peleaban
las fuerzas de retaguardia con otra columna que horas antes había
llegado á Manguito, la tercera en combinación, y dirigida por el gene-
ral Suárez Valdés. Nuestras bajas en las tres jornadas ascendieron á
57 : de ellas 37 pertenecientes á la caballería de Oriente. Algunos de
nuestros heridos lo fueron de bayoneta al romper el primer cuadro de
la infantería española en la acción de " Triunfana." Murió, peleando
con el ardimiento de siempre, el bizarro teniente coronel Andrés Fer-
nández, conocido por " El Gallego," peninsular (Núm. 10). Véase
el Apéndice.
El día 30 fué destruida la línea férrea de Matanzas, sosteniendo
durante la operación un vivo tiroteo con una columna que trataba de
evitarlo, replegándose, al avanzar nuestros jinetes, en el paradero del
feriocarril que le deparó refugio. Continuada la marcha de avance
por la provincia de Matanzas, acampamos á las 6 de la tarde en el in-
genio " La Empresa.^'
El día 31, que fué de larga y penosa marcha, acampamos en el
sitio conocido por "El Estante," entre Bolondrón y Alfonso XII, con
el enemigo á una legua de distancia. Al expirar el año 1895 la Revo-
lución, que sólo cuenta diez meses de existencia, ha paseado sus banderas
por el grandioso teatro de las Villas y parte de Occidente. Nuestro
ejército espera solemnizar el Año Nuevo con un brillante hecho de
armas que le franquee el paso á la provincia de la Habana. Al ama-
necer estarán las tropas listas para marchar y se ha dado la orden para
que el toque de diana lo efectúe la iknda militar con el himno invasor.
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El día 1.*^ de enero, poco después del toque de diana, libróse combate
con una columna enemiga que se encontraba en el ^' Estante," á corta
distancia de nuestro campamento. El enemigo se hallaba parapetado
en una cerca de piedra, circunstancia que impidió cargarle al machete ;
pero nuestra infantería, situada convenientemente, lo desalojó de sus
posiciones, auxiliada por algunos pelotones de caballería, tomándose á
la vez el caserío. Nuestras bajas fueron siete : tres de ellas pertene-
cientes al ejercito de Oriente y las restantes al Cuarto Cuerpo de Ejer-
cito. Este combate, de resultados eficacísimos para nuestras armas, nos
franqueó el paso á la provincia de la Habana. Acampamos en las cer-
canías de " Nueva Paz " (Núm. 11). Véase el Apéndice.
Los días 273 continuamos la marchado avance por la provincia de
la Habana. Se rindió el destacamento de voluntarios de " Las Yegas,"
haciendo entrega de 20 armamentos y 1,000 tiros. Pasamos á tiro de
bala de una columna española, fuerte de 1,500 hombres, que se encon-
traba en el ingenio " Teresa." Nos apoderamos de las poblaciones de
Guara y Melena del Sur, visitadas momentos antes por numerosas
fuerzas españolas : 180 armamentos y 3,500 tiros fué el botín de guerra
adquirido por nuestras armas en esta operación.
El día 4 atravesamos la línea férrea de Batabanó á la Habana,
destruyéndola, y dimos vista á la población de Güira de Melena á cosa
de las tres de la tarde. Intimada la rendición, y obtenida respuesta
negativa, se dispusieron las fuerzas para el ataque, que se efectuó con
rapidez y ardimiento, dando por resultado la toma del pueblo y la capi-
tulación de sus trescientos defensores, los cuales fueron puestos en
libertad por el General en Jefe. Durante el ataque se destruyeron al-
gunos edificios que habían servido de trinchera á los defensores de la
plaza ; también fué destruida la iglesia y saqueados algunos estableci-
mientos. Se recogieron 300 armamentos y 10,000 tiros. A la vez
que se atacaba á Güira de Melena,'uua pequeña fuerza destacada sobre
el pueblo de Gabriel logró apoderarse de algunos edificios, recogiendo
60 armamentos y 800 tiros.
El día 5 emprendimos marcha hacia Alquízar, entrando en la>
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plaza trinnfalinente en medio de las aclamaciones más sinceras y entu-
siastas de todo el vecindario. Los voluntarios que guarnecían la plaza
no opusieron resistencia alguna, adhiriéndose al pronimciamiento del
pueblo en favor de nuestra causa, haciendo entrega de 200 armamentos
y 7,000 tiros. A las ocho de la noche del mismo día entramos en
Ceiba del Agua, capitulando la guarnición : se recogieron 210 arma-
mentos y 5,000 tiros. Acampamos en el mismo pueblo.
El día 6 entramos en Yereda Nueva, recomendó 150 armamentos
y 5,000 tiros pertenecientes al destacamento de voluntarios. Oonti-
nuada la marcha en dirección á Pinar del Bio, retrocedimos para caer
sobre Hoyo Colorado y El Caimito, poblaciones defendidas por volun-
tarios, pero en las que no fué menester emplear la fuerza por habérse-
nos ofrecido la rendición de ambos destacamentos. A las cuatro de la
tarde hicimos nuestra entrada triunfal en Hoyo Colorado, renovándose
las escenas de júbilo y entusiasmo que tuvimos ocasión de presenciar
en Alquízar. Los voluntarios se despojaron de sus uniformes y nos
entregaron 200 fusiles y 5,000 tiros. El General en Jefe, al frente de
la numerosa y aguerrida hueste revolucionaria, dirigió una sentida y
oportuna ^locución á los voluntarios de Hoyo Colorado, en bu mayor
parte españoles, y éstos dieron vivas á Cuba Libre y á los invictos
caudillos Gómez y Maceo : fué aquel un hermoso espectáculo. De la
capital (Habana) se recibieron noticias muy favorables para nuestra
causa, entre otras, que el pánico cundía con motivo de nuestra invasión,
que se reconcentraban las tropas en espectativa de un ataque á la plaza
y que el general Martínez Campos estaba aturdido al ver desbaratados
todos sus planes militares y eclipsada la estrella que hasta entonces
había alumbrado su camino. Las calles y plazas de Hoyo Colorado
nos sirvieron de campamento.
El día 7, en las afueras de la población de Hoyo Colorado, tuvo
lugar una gran parada, en la que formaron todas las fuerzas del Ejér-
cito Libertador allí reunidas, en número de 11,700 hombres. Acor-
dado sobre el mismo campo el nuevo plan de operaciones, se dividieron
las fuerzas, marchando con el general Gómez 7,000 jinetes y 500
infantes, para volver á la provincia de Matanzas, y las restantes, con el
general Maceo, para continuar el movimiento de avance hada Pinar
del Rio. Nuestras avanzadas en este día llegaron hasta muy cerca
de Marianao, y por la noche divisaron las luces de la capital
(Habana) ; operación realizada por el general Maceo para protejer la
marcha de retroceso del General en Jefe.
El día 8 pasamos por " Cangrejeras " y " Punta Brava," llegando
hasta las playas de Baracoa, donde supimos que el enemigo se encon-
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traba situado en los ingenios ^* Lncía " y " Palomino." Al atravesar
la línea férrea del ingenio ^^ Lucía," el enemigo rompió el fuego sobre
la retaguardia, sosteniendo ésta el combate hasta el mismo batey de la
mencionada finca. Las ventajosas posiciones que ocupalyi la columna
española impidieron que se formalizara la acción. En vano estuvimos
esperando el avance de los españoles á corta distancia del ingenio, lugar
elegido por el general Maceo para que pudiese cargar nuestra caballería.
Il^uestras bajas fueron 11 : de ellas 4 pertenecientes á las fuerzas de
Oriente y las restantes á la Brigada Zayas, qve marchaba ^ la retaguar-
dia. Acampamos en Brujiel (provincia de Pinar del Rio). (Núm. 12).
Véase el Apéndice.
£1 día 9 atravesamos la carretera de Guanajay á Mariel, dando
vista al lazareto de este nombre. Hicimos un descanso de dos horas
en el ingenio " Begoña," desde cuyo punto se intimó la rendición al
fuerte de " Pinillos," estratagema en que dio el general Maceo para
poder efectuar otra operación de mucha mayor importancia. En nues-
tro seguimiento venía una fuerte columna española al mando del gene-
ral García Navarro, á la que contuvo nuestra retaguardia. Al cerrar
la noche, y bajo im recio aguacero, emprendimos marcha hacia el pue-
blo de Cabanas, puerto de mar, entrando á galope nuestros jinetes
hasta la misma plaza de la iglesia, barriendo con todos los obstáculos.
El ataque duró dos horas, durante las cuales, en medio del fuego de
fusilería, un crucero de guerra nos hizo algunos disparos de cañón.
Licendiadafi ya algunas casas del pueblo y hacinado el combustible para
destruir la iglesia, último refugio de la guarnición, pidió ésta parla-
mento y, concedido, capituló. Se recogieron 150 armamentos y 15,000
tiros. Cabanas fué nuestro campamento durante la noche.
Al día siguiente emprendimos marcha en dirección á San Diego
de Núñez con el propósito de atacar la población, caso de oponer resis-
tencia sus defensores ; pero se rindieron sin hostilizamos, entr^ando
65 fusiles y 4,000 tiros. Continuada la marcha hacia Bahía Honda
acampamos en la misma población, cuyo destacamento había capitulado
la noche anterior á una fuerza destacada por el general Maceo sobre
dicha plaza, haciendo entrega de 150 armamentos y 6,000 tiros.
El día 11, después de un ligero tiroteo con una tropa española
que intentaba desembarcar en Bahía Honda y tuvo que íefugiarse otra
vez en el buque que la conducía, emprendimos marcha hacia Las Pozas,
cuyos habitantes nos recibieron con muestras de viva simpatía. El
alcalde nos entregó 100 armamentos que tenía en depósito. Tuvimos
ocasión de examinar el punta por donde efectuó el desembarco en 1851
el general Narciso López.
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— 14 —
El día 12 salimoB de ^ Las Pozas," qnemando antes el muelle y
alganos edifídos contigaos al mismo, dirigiéndonos hacia ^^ La Palma^"
ó séase Consolación del Norte, con ánimo de atacar la plaza si no se
efectnaba la rendición de los voluntarios ofrecida de antemano ; pero
el refnerzo de 300 soldados de línea impidió la rendición, desistiendo
después el general Maceo de atacar la plaza á los megos de las familias
más influyentes de la comarca que le expusieron con vivos colores el
cuadro luctuoso que daría por resultado el asalto y toma de la pobla-
ción, que contaba en su seno con muchos elementos simpatizadores de
nuestra causa.
El día 13, no sin haber provocado antes á la tropa de línea en La
Palma, pero que no se movió de las trincheras, nos dirigimos hacia
" Laguna de Piedra," camino de Vinales, para aproximarnos á Pinar del
Eio (la capital). La topografía del terreno en nada se parece al resto
de la Isla : á los campos de caña y palmares, sucédense bosques de
pinos y la montaña de corte brusco y pobre de vegetación tropical
presenta un aspecto completamente diverso. La generalidad de sus
habitantes son incultos y tímidos, ostentando en todos sus actos el sello
de la servidumbre, fruto de la dominación colonial.
El día 15 continuamos la marcha de aproximación á Pinar del
Kío, atravesando por caminos horribles una sierra agria y escarpada
que sólo nuestros jinetes pudieran cruzarla sin despeñarse : camino de
cabras monteses. Acampamos á las diez de la noche en Piloto, donde
hallamos cariñosa hospitalidad.
El día 16 acampamos en "Paso Viejo," á tres kilómetros de
Pinar del Río. Nuestros exploradores se batieron con una sección
de voluntarios, macheteando á cuatro de ellos y poniendo en dispersión
á los restantes.
El día 17 nuestra columna circunvaló la ciudad de Pinar del Río^
á medio kilómetro de la plaza con la bandera desplegada y á los aires
marciales del Himno Invasor : la plaza nos saludó con 21 cañonazos sin
causamos daño alguno. Durante nuestra diversión sobre la ciudad una
columna enemiga se situaba en la calzada ó carretera de " La Coloma,"
para acudir en auxilio de la capital amenazada por nuestras tropas. El
general Maceo, tan pronto supo la noticia, preparó las fuerzas para
atacar al enemigo. Serían las once de la mañana cuando nuestra van-
guardia chocaba con las tropas españolas desplegadas en orden de
batalla sobre la carretera y ocupando magníficas posiciones : la zanja
de la mencionada vía, un puente, dos edificios y varias carretas que
utilizaron para la trinchera. Formalizad9 el combate al llegar al
campo de la acción el general Maceo, fué éste reñidísimo y sangriento,
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— 15 —
defendiéndose con tesón la infantería española ; pero que vióse obli-
gada á abandonar el campo á las repetidas y briosas cargas de nuestros
jinetes y mortífero fnego de nuestra infanfería. Parte del refuerzo
que le acudió al enemigo desde Pinar del Río fué puesto en disper-
sión por la caballería que cubría la retaguardia al mando del brigadier
Zayas. El combate duró dos horas y fué uno de los más reñidos de la
actual campaña. Se cogieron 45 acémilas aperadas de un todo. £1
enemigo pudo retirar sus heridos, pero dejó en el campo algunos cadá-
veres. Nuestras bajas fueron 61 ; 12 muertos y 49 heridos : de ellas 24
pertenecieri^tes al ejército de Oriente. Al frente del Regimiento
" Céspedes," cargando al enemigo, cayó muerto de un balazo el valien-
te coronel Pedro Ramos. Por personas que se encontraban en Pinar
del Río durante la acción, se supo que las bajas de la colunma española
ascendían á 400. Por la noche fué hostilizada la población, saqueados
algunos establecimientos de sus arrabales y destruido el puente de la
carretera (Núm. 13). Véase el Apéndice.
El día 18, al emprender marcha desde '' Las Taironas," nuestras
avanzadas contenían la vanguardia de una fuerte columna enemiga que
había salido de Pinar del Río, formalizándose una hora después el
combate que sostuvo el general Maceo con fuerzas de retaguardia sola-
mente. La columna española iba al mando de los generales García
Navarro y Luque, fuerte de 3,000 hombres. Tuvimos 6 bajas.
Acampamos á las cinco de la tarde en Tirado,* efectuándolo el enemigo
en San Luis, á dos leguas de distancia de nuestro campamento.
Al día siguiente, cuando ya nuestra columna estaba en marcha,
mientraB se retiraban las guardias se oyeron algunos disparos por el
camino de San Luis. Se ordenó que la impedimenta y los heridos de
los combates anteriores prosiguieran el camino permaneciendo en el
campo las fuerzas de retaguardia. El enemigo rompió el fuego poco
después en una extensión de tres kilómetros próximamente, que ocu-
paba en línea de batalla. El general Maceo, con pasmosa serenidad,
seguido de su Estado Mayor y de su escolta, recorrió á paso lento
aquella larga línea de fuego dando las órdenes oportunas para contener
al enemigo que trataba de avanzar envalentonado por su superioridad
numérica y las magníficas posiciones que ocupaba. Aprovechó el ge-
neral Maceo la margen de un río para situar en ella 50 individuos de
ijifantería mientras él, con el Estado Mayor y escolta, llamaba la aten-
ción del enemigo por uno de los flancos. Durante tres cuartos de hora
el fuego de fusilería del enemigo, interpolado con algunos cañonazos,
atronó los espacios y los proyectiles hicieron gran destrozo en la arbo-
leda contigua, pareciendo milagroso que tantas y nutridas descargas
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— i6 —
sólo nos ocasionaran 18 heridos : de ellos 4 pertenecientes al ejercito
de Oriente. El combate restablecióse por la tarde, en la cercanías del
ingenio " Guacamayo," y retiróse el enemigo. Acampamos en Sábalo
á las ocho de la noche alumbrados por la luz elóctrioa de un crucero de
guerra. A su vista incendiamos el muelle de Bailen y fueron saquea-
dos los almacenes de depósito.
El día 20 entramos en Guane, cuyo vecindario nos deparó un
entusiasta recibimiento, echando á vuelo las campanas de la parroquia.
De los fondos municipales se pagaron algunos sueldos á los maestros
de escuela que el gobierno español tenía con diez y ocho meses de
atraso. Los funcionarios públicos quedaron en sus respectivos pues-
tos y el Alcalde Municipal fué nombrado Prefecto del Termino. Se
recogieron 25 armamentos y 300 tiros. El día 21 continuamos acam-
pados en Guane, ocupado el Cuartel General en asuntos administrati-
vos mientras las tropas descansaban de tan largas y penosas jomadas.
El día 22 salimos para Mantua, última población de la provincia
da Pinar de Río, y por lo tanto límite de nuestra campaña invasora á
Occidente. El vecindario de Mantua nos deparó análogo recibimiento
que el de Guane. El general Maceo, acompañado del Jefe de Estado
Mayor, asistió á una sesión del Ayuntamiento, extendiéndose una acta
en la que se hizo constar que se adherían á los principios sustentados
por nuestra causa los concejales y demás empleados del Municipio, con
las personas más influyentes de la localidad, en su mayor parte penin-
sulares. De los fondos públicos se pagaron á los maestros de escuela
algunos sueldos. El Alcalde fué nombrado Prefecto de Mantua. Por
la noche, en los salones del Casino Español se dio uu baile en honor
del general Maceo, al que asistieron las damas principales y señoritas
de la localidad, ataviadas con sus mejores galas. El lujoso estandarte
del Cuartel General regalado por las bellas hijas del " Tínima," reem-
plazó al dosel que orlaba el retrato del rey Alfonso XII. En esta
deliciosa noche Marte cedió el puesto á Terpsícore (Núra. 14). Véase
el Apéndice.
El brigadies jefe de Estado Mayob,
MIKÓ.
Mantua^ Enero 23 de 1896.
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NOTAS
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NOTAS
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
1 — El geueral Maceo fué nombrado Jefe del Ejército Invasor desde Orien-
te, y á su llegada al territorio de Las Villas se le dio el mando del 4.® y 5.^
Cuerpo de Ejército, quedando encargado de la dirección y organización de las
fuerzas durante la campaña invasora. El General en Jefe Máximo Grómez sabia,
pues, á quien fiaba la suprema dirección del Ejército en eppresa tan ardua y
trascendental. El éxito de' la actual campaña débese en primer término á la
pericia de Maceo, unida á su sagacidad y á la vigilancia incesante que ha ejer-
cido sobre los movimientos del enemigo lo propio que sobre las distintas fuerzas
é. su mando. El general Maceo ha dado muestra de que el cansancio es desco-
nocido para él : ha sido siempre el primero para montar á caballo y el último
para apearse.
2 — La rapidez de las marchas ha contribuido poderosamente al brillante
resultado de la empresa, con la educación física de nuestros soldados que han
hecho jomadas de 16 y 18 horas consecutivas durante un mes sin rendirse á la
fatiga.
3 — Los flanqueos á largas distancias que señalaron las atrevidas operacio-
nes por las zonas de Matanzas y Colón han sido eficaces auxiliares de la campa-
ña, pues sobre poder maniobrar muchas veces independientemente del grueso
de la columna, han entreten ido' y cansado al enemigo con la rapidez de sus mo-
vimientos. £1 general Maceo al dar sus instrucciones á los jefes de las colum-
nas volantes, ha copiado á Nelson en una de sus batallas navales: " No obstante
todo lo dicho, ningún comandante de navio hará mal en batirse con el buque
enemigo que tenga más cerca.'*
4 — Al cuartel general en todos sus planes estratégicos no le ha faltado el
concurso de entendidos y animosos jefes como Serafín Sánchez, Lacret, Ángel
Guerra, Juan B. Zayas, Francisco Pérez, Luis de Feria, Esteban Tamayo, her-
manos Núñez, Bermúdez, Pedro Díaz, Basilio Guerra, José Roque y Cándido
Alvarez, lo mismo cuando han dirigido las operaciones de flanqueo que al reali-
zar empresas de mayor alcance sobre zonas aun no invadidos por el Ejército
Libertador. Merecen especial mención Quintín Bandera y Lacret : el primero
haciéndose dueño del valle de Trinidad con los aguerridos orientales, Reate
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— 20 —
fornida y ágil ; y el segundo invadiendo con gente nueva las zonas más pobladas
de Matanzas y la Habana.
5 — £1 tacto político desplegado por los generales Gómez y Maceo durante
la invasión, ha sido también poderoso elemento de propaganda revolucionaria,
pues merced á él se han convertido en simpatizadores incontables peninsulares
que antes nos eran hostiles. El integrismo hase transformado en fervoroso
entusiasmo por la causa cubana; fenómeno ciertamente asombroso que sólo
palpándolo pudiera creerse. Comarcas enteras habitadas por españoles intran-
sigentes han proclamado los principios salvadores de la Revolución al compene-
trarse de la pureza de nuestros ideales demostrada en la rectitud de nuestro
procedimiento. En la provincia de Pinar del Rio, llamada el '* Continente
Negro," muchos asturianos ayer enemigos de nuestra causa, ahora desempeñan
el cargo de prefectos y contribuyen á la obra revolucionaria con sus personas é
intereses. La Revolución ha demolido todos los baluartes del despotismo colo-
nial, unos con el hierro y el fuego bajo el estruendo del combate, los otros con
el amor y la persuasión.
6 — Las necesidades del Ejército han sido perfectamente atendidas durante
la campaña. En nuestras rápidas operaciones por Cienfuegos, Matanzas y
Habana se renovaron más de io,ooo caballos con sus equipos, asi como el ves-
tuario de las tropas. Cuantas personas extrañas tuvieron ocasión de ver desfilar
nuestra columna en aquellos días, quedaron asombradas del brillante aspecto
que presentaban millares de jinetes en briosos corceles con lujosos ameses y
flamante vestuario.
7 — Para comprobar el arrojo en los combates de nuestros jefes y oficiales,,
será suficiente el siguiente dato: del ejército de Oriente han muerto 12 jefes y
10 oficiales y quedan heridos 17 jefes y 53 oficiales. Del Estado Mayor del
general Maceo han caído entre muertos y heridos 14 individuos : 5 jefes y 9 ofi-
ciales ayudantes. La escolta del general, compuesta de 60 individuos á la
salida de Oriente, queda reducida á la mitad, habiendo muerto en acción de
guerra el teniente coronel que la mandaba, un comandante y dos capitanes. El
Estado Mayor del general Gómez, como su escolta, han corrido la misma suerte.
Las balas han respetado hasta ahora á los caudillos Gómez y Maceo, cual si á
su presencia torcieran la dirección ó cuando más hicieran blanco á sus caballos.
En torno de ellos han caído sus edecanes más devotos.
8 No hay que negar que los esfuerzos realizados por el general Martínez
Campos para impedir nuestro paso á Las Villas y á Occidente han sido titánicos
y basados en un plan militar bien meditado. Aturdido después del combate de
Coliseo, al ver que sus grandes esfuerzos no eran barrera para contener la inva-
sión, no es extraño que todos sus pasos sucesivos hayan sido una serie de desa-
ciertos. La infantería española siempre se ha batido con valor y disciplina;
pero se ha notado en ella falta de entusiasmo. Respecto de la caballería no se
ha dado aún el caso de que hayamos podido medir nuestras armas con las suyas.
En los diferentes combates librados durante la invasión, solamente en las accio-
nes de " Manacal " y ** Calimete *' tomaron la ofensiva las columnas españolas r
en todos los demás han buscado parapeto en la manigua, cercas, palmares, edi-
ficios y cuantos objetos más han hallado á mano; los generales españoles — por lo
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— 21 —
que hemos visto en los periódicos de la capital — ^han da*do proporciones de
batallas campales á varios hechos de armas que no han pasado de escaramuzas,
causándonos muertos vistos^ donde no hemos tenido un solo contuso ; y, lo que
es más irrisorio, publicado partes de acciones que nosotros no conocemos.
9 — Durante la invasión se han quemado los campos de caña de todas las
fincas azucareras de las comarcas recorridas por nuestro ejército, medida dolo-
rosa pero necesaria, para arrancar al gobierno opresor los pingües rendimientos
que pensaba sacar de la zafra. Martínez Campos y sus delegados habían ofre-
cido solemnemente que la zafra se haría. £1 Ejército Invasor ha demostrado
que disponía de elementos suficientes para hacer fracasar los propósitos más
rirmes del gobierno español.
10 — Por los datos suministrados hasta ahora al Cuartel General, el ejér-
cito cubano tiene en pié de guerra 6o,ooo hombres : la campaña invasora
ha dado un contingente de 12,000, ó mejor dicho, lo ha hecho brotar de las
comarcas que ha ido invadiendo en su marcha triunfal la fuerza revolucionaria.
11 - - El general Maceo, al hablar de la actual campaña y de los futuros
acontecimientos que por virtud de nuestra invasión habrán de desenvolverse en
breve, formula su juicio en estos términos : la campaña invasora con su éxito
grandioso, debido á la concurrencia de múltiples circunstancias, traerá por pre-
cisión un avenimiento entre los elementos peninsulares arraigados en el país y
los cubanos independientes. I<os que hoy desconocen nuestra tendencia y fines
políticos de esta campaña, reconocerán al cabo las exigencias de la guerra y la
necesidad que tiene este pueblo de ser libre. Buscarán con empeño un refugio
que los salve en lo futuro de otro azote semejante al de la guerra del 68. Sin
garantías por parte del gobierno español, destruida la riqueza azucarera y afir-
mada por doquier la Revolución, vendrá el convencimiento de los hechos con
sus elocuentes enseñanzas, infundiendo en los espíritus más optimistas la idea
de que el eficaz procedimiento empleado por nosotros en la actual campaña, lo
aplicaríamos periódicamente y con mayor rigor aún, si antes no se obtuviera
para Cuba la solución anhelada. Por otra parte, la verdad siempre se abre
paso y al fin habrán de abrazarla aquellos que han vivido en medio del artificio
creado por un gobierno opresor y detestable, que ha empobrecido á los mismos
que han ayudado á sostenerlo. Los españoles que aún nos son hostiles se con-
vertirán en simpatizadores de nuestra causa cuando reconozcan, como lo han
hecho ya muchos otros, que la Revolución sólo propende á derrocar la domina-
ción española en sus componentes oficiales, y de ningún modo arrojar á los hijos
de la Península, confundidos con nosotros en la vida social y á los qne desea-
mos verlos compartir también la vida política sin la prioridad injusta que hasta
ahora les ha sido concedida. Opina el general Maceo que el desalojo de la isla
por el gobierno español dará principio en el verano próximo.
MIRO.
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APÉNDICE
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APÉNDICE
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APÉNDICE
Nvm. 1, — ^El periódico La Bisctmóny de la Habana, doirespon-
diejite al día 12 de noviembre, al dar enenta de loe combates de ^^ Gua-
ramanao " y " El Lavado " dice qne entraron en el Hospital Militar de
Holguín 58 soldados heridos y qne *la columna española tuvo además
cinco muertos.
H^úm. 2 — Acerca de este necho de armas los partes oficiales que
han publicado los periódicos se alejan tan extraordinariamente de la
verdad de los sucesos que no merecen consignarse ni aun comentarlos.
Nmn, 3, — El Fénix^ de Sancti-Spíritus, refiriéndose al combate
librado en Iguará, el día 3 de diciembre, dice que la columna española
iba mandada por el coronel Segura ; que la acción fué una de las más
reñidas de la actual campaña ; que nuestras fuerzas eran de infantería
y caballería, muy superiores en número á las españolas, y que éstas
tuvieron que retirarse con muchas bajas, pero con rmicha gloria ( ! 1 ).
Nmrí. J^,. — De este hecho de armas no se ha encontrado noticia
alguna en los periódicos.
Núm. 5, —La Lucha del día 15 publica el parte oficial dado por
el general Oliver, y dice que la columna retiró cinco muertos y veinte
heridos de la acción del día 11, asegurando á la vez el mencionado
general, que por el quebranto sufrido en las tres jomadas era ya impo-
sible nuestra invasión hacia Occidente.
Nmn. 6. — La Lucha al publicar las noticias de los combates
librados en '^ Mal Tiempo," dice que en el primero tuvieron las tropas
españolas 80 muertos y 45 heridos, y en el segundo 60 muertos y 40
heridos.
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— 26 —
Niira. 7. — La Lucha del día 15 inserta el dato de que se habían
reanido de 8 á 9,000 hombres, ocupando puntos estratégicos, para
impedirnos el paso al yalle de Cienfuegos.
Núm, 8. — La Luclm y L/i Discusión, correspondientes á los días
19, 20 y 21, manifiestan que el general Martínez Campos había reunido
de 8 á 10,000 hombres para impedirnos el paso á la provincia de
Matanzas, situándose el Cuartel Gteneral en la ciudad de Colón, y de
dicho punto, el día 22, pasaban nuestras fuerzas á menos de dos kiló-
metros de distancia. Respecto al combate de " La Colmena," del que
publica un plano ideal, dice que las tropas españolas tuvieron 15 bajajs,
confesotudo, sin embargo, que la bravura de nuestros jinetes les hizo
buscar refugio en la manigua.
Nwn. 9. — La Discusión, de la Habana, del día 26, publica deta-
lles del combate de " Coliseo," con su correspondiente plano del genero
imaginario. La columna española iba mandada por el general Martí-
nez Campos, fuerte de 2,500 hombres de infantería. El general Mar-
tínez Campos ha dado á este combate proporciones descomunales en
pugna con su seriedad y prestigio. En dicho combate, al iniciarse la
retirada, nuestro Jefe de Estado ítayor, con cuatro ayudantes y el
corneta de órdenes, detuvo toda la columna española; hecho que en
manera alguna hubiera podido realizarse si las tropas de Martínez
Campos hubiesen tomado la ofensiva. Todo fué aparatoso : á nosotros
nos pareció una cosa teatral el inmenso cuadro que formaba la columna
española, haciendo fuegOj pero sin avanzar.
JVnm. 10. — La Discusión, del día 31 de diciembre, publica el
parte oficial de la acción de Calimete, y dice que la columna espafíola
fuerte de 850 hombres, al mando del teniente coronel Perora, tuvo 84
bajas, entre ellas 19 muertos. Para cohonestar la derrota agrega el
parte oficial que nuestras fuerzas ascendían á 7,000 hombres atrinche-
rados en el ingenio " Triunfana." La columna que poco después trató
de cortarnos el paso en el central " María," iba mandada por García
Navarro y la otra por Suárez Valdés.
Núm. 11. — La columna española en esta acción iba mandada por
el coronel Galbis y, según los periódicos de la Habana, tuvo 24 bajas :
18 heridos y 6 muertos.
Nwm. 12. — El general Prats, dando á este combate proporciones
excesivas, publica en el parte oficial que nos causó ocho muertos vistos,
persiguiéndonos durante largo trecho, y dice que su columna sufrió 13
bajas.
Niim. 13. — ^El Diario de la Marina, del 21, publica el parte
oficial de este combate : la columna española la componían fuerzas
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— 27 —
de Isabel la Católica y de Baza, mandada por el coronel Sánchez
Hechavarría, y después de confesar que estaba envuelto por nuestros
jinetes, por lo que tuvo necesidad de pedir refuerzos á Pinar del
Río, estampa para nosotros la cifra de 300 bajas por 4 muertos y 20
heridos de sus tropas. De los combates librados los días 18 y 19 en
"Taironas'' y en "Tirado," respectivamente, no hemos visto aún los
partes trasmitidos por los jefes de las columnas españolas.
Núm, H. — De las noticias publicadas por los periódicos de la
Habana, relativas á nuestra invasión á Pinar del Río, sacamos en claro
que el general Martínez Campos movió todas las columnas disponibles
para batir al general Maceo, durante su marcha invasora por dicho
territorio, confiando el éxito de las operaciones á los generales Suárez
Valdés, García Navarro, Prats, Luque, Echagüe, Canella, Madan y
coroneles Molina y Arizón, con un contigente de 14,000 hombres.
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— 29 —
BAJAS OCURRIDAS EN EL EJÉRCITO DE ORIENTE
DURANTE LA CAMPAÑA INVASORA.
COMBATES,
ZONAS.
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El bbioadieb jefe de Estado Mayob,
MIRÓ.
NOTA.— En esta relación no figuran las bajas que haya podido tener la Brigada
de infantería al mando del general Quintín Bandera, durante sus operaciones, ni tam-
poco las de las fuerzas de Oriente que llevó el general Gómez al separarse en Hoyo
Colorado, el día 7 del actual.
Mantua, Enero 23 de 1896.
MIRá
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— 30 — .
NUMERO DE ARMAMENTOS Y MUNICIONES QUE SE
HAN QUITADO AL ENEMIGO DURANTE LA CAM-
PAÑA INVASORA.
PUNTOS.
En I^ará
" Mal Tiempo
" Caracas
" Desquite
" Coliseo
" Vegas
" Diana
" Caraballo
" Socorro
" Calimete
" Guara y Melena del Sur,
" Güira de Melena
" Gabriel
" Alqnízar
" Ceiba de Agna
" Vereda Nueva
" Hoyo Colorado
" Cabanas
" San Diego de Núñez. . ,
" Toz-m
" Bahía Honda
" Guanes
" Mantaa
PARQUE.
800 cápsnlas.
10,000
110
120
500
1,000
800
300
350
610
3,500
12,000
800
Y,000
6,000
6,500
6,000
15,000
4,600
4,000
6,000
300
4,000
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Ci
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6i
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66
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66
1,120 82,690 cápsulas.
Además 3 cañones.
Mantua {Pina/r del Rw\ Enero 23 de 1896.
El bbigadieb jefe de Estado Mayob,
MIEÓ.
NOTa. — ^En esta relación no constan los armamentos y parque que han recogido
las comisiones durante la marchas y que ascienden á algunos centenares de fusiles y
millares de cápsulas.
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— SI-
DISTANCIAS Y SITIOS EECORRIDOS POR LA COLUMNA.
LNTASORA DESDE SU SALIDA DE HOLGUlN 3 DE
NOVIEMBRE DE 1895, HASTA SU LLEGADA A MAN-
TUA (PINAR DEL RlO), EL DÍA 23 DE ENERO DE 1896.
FECHAS.
CAMFAMEUTOS.
LEGUAS.
ZONAS.
1895.
Noviembre.
3
De Mala Noche á Kío Abajo-
5
Holguín.
u
5
" Río Abajo á Vista A legre-
" Vista Alegre á Soledad..
" Soledad á Lavado
5
Tonas.
n
6
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u
7
6
ii
u
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" Invado á Caridad
4
Camagüey.
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9
" Caridad á Guamabo
4
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11
" Guamabo á Loreto Viayo.
7
ii
u
12
" Loreto Viavo á Tayo
5
ii
((
14
16
" Tayo á -Matilde
3
2
ii
((
" Matilde á San Andrés. . .
ii
u
17
" S. Andrés á Ciego Najasa.
" Ciego Najasa á Consuegra.
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" Consuegra á Antón
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" Antón a Las Guásimas. . .
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" Las Guásimas á Divorcio.
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" Divorcio á Hato Arriba. .
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'* H.Arribaá Ciego Escobar
" Ciego Escobar aColmenar
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" Colmenar á Santo Tomás.
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" Sto. Tomás á Artemisa. .
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" Artemisa á Gil Herrera. .
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Sancti-Spíritus.
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" G. Herrera á Lázaro López
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" L. López á La Reforma. .
" LaReformaáTrilladerita.
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Diciembre..
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" Trilladeritaá La Campana
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" La Campana á C. Potrero.
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" Ciego Potrero á Remate...
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Remedios.
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" Remate á Sabanilla
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" Sabanilla á Tjafi Pozas
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Sancti-Spíritus.
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" Pozas Á Quemado Grande
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Santa Clara.
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" Q. Grande á Manacal
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" Manacal á Manacal
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" Manacal á Quirro
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Trinidad.
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" Quirro á Siguanea
" Siguanea á Guama
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Cienfnegos.
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" Guama á Flores de Agua.
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" Flores de Agua á Amalia.
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32
TECHAS.
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LEGUAS.
ZOVAS.
1895.
Diciembre..
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Pe Amalia á Jagüey
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Cienfnegos.
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*' Jagüey á CaMza de Toro..
'< Cabeza de Toro á Desquite
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" Herrera á Sumidero
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'' Sumidero á Crimea
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Matanzas.
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" Crimea á Navarrete
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" Navarrete á Sabanetón . .
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'' Sabanetón á El Indio. . . .
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" El Indio á Godines
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Cienfnegos.
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" Godines á Keglita
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" Beglita á Empresa
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" Empresa á Estante
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" Bahía Honda Pozas
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" Pozas á Palma
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" Palma á Laguna de Piedra
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" L. de Piedra áCaiguanabo
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" Caíguanabo a Piloto
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" Piloto á Paso Viejo
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" Taironas á Tirada
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" Tirada á Sábalo
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" Guane á Mantua * . .
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379
Mantua {Pvna/r del Rw\ Enero 23 de 1896.
El brigadier jefe de Estado Mayor,
MIRÓ.
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— 33 —
ACTA
PEDRO SÁNCHEZ ESPINOSA,
SEOKETAEIO DEL AYUNTAMIENTO DE MANTUA.
Cbbufico : Que en el archivo de mi cargo custodio bajo mi res-
ponsabilidad el importante documento que á la letra dice :
^^ AoTA. — ^En el pueblo de Mantua á los 23 días del mes de enero
de 1896, reunidos en la sala de sesiones de la Oasa Capitular los vecinos
de más arraigo de la localidad, sin distinción de opiniones políticas,
bajo la presidencia del señor Alcalde municipal, estando presente en la
sesión el Lugar Teniente General y Jefe del Ejercito Invasor, Antonio
Maceo, acompañado del Jefe de Estado Mayor brigadier José Miró, y
Jefe de la Primera Brigada de las Villas Juan Bruno Zayas, se hace
constar : Primero. Que el pueblo de Mantua está al extremo occiden-
i»l de la Isla, en la provincia de Pinar del Rio. Segundo. Que el
General Maceo con las fuerzas á sus órdenes ha ocupado la población y
término municipal, habiendo sido respetadas vidas y bienes de todas
clases, guardando el orden público por sus tropas y dejando en el ejer-
<;icio de sus funciones á las autoridades y empleados que tenía coloca,
dos el gobierno español ; y que visto el procedimiento del Ejército
Libertador y de su jefe, se adhieren á sus principios y fines, creyendo
que redundará, no sólo en beneficio de esta comarca empobrecida de
antes por las múltiples exacciones de que se le hacía víctima, si que
también del país entero que sufría el mismo mal tratamiento: Y repre-
sentando los presentes las fuerzas vivas del territorio, en la propiedad
inmueble, en la ganadería, en la industria, en el comercio, en las artes,
en las profesiones, en el crédito y en la agricultura, firman con los antes
mencionados y por ante mí el secretario que certifico. — José Fors. — A.
Maceo.— Martín Viladoraat, Pbro. — ^El Jefe de Estado Mayor, J. Miró.
— El Brigadier, Juan B. Zayas. — El Gobernador, Osear A. Justiniani.
—El Auditor de Guerra, Ldo. José Antonio Caíñas. — Primer Teniente
Alcalde, José Fernández. — Simón Docal, Regidor del Ayuntamiento. —
Juez municipal, Nicolás Reyes. — I)r. S. Carbonell, Notario público. —
D. Fors, Juez Municipal suplente. — Santiago Muguruza, Profesor de
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— 34 —
Instraoción — ^Fedro Lozano, Secretario del Juzgado Municipal — ^Rafael
Inglés, comerciante. — ^Narciso Fontanella, Secretario de la Ayudantía
de Marina. — José Buiz. — G. Nonell. — Juan Ocariz. — Manuel Kego. —
Fidel Pedraja. — José Granda. — Braulio V. Blanco. — Antonio Menén-
dez.— Manuel Quintana. — Jaime Vives. — José H. Peláez. — El Secre-
tario del Ayuntamiento, Pedro Sánchez."
Y á petición del brigadier Jefe de Estado Mayor, señor José Miró,
expido la presente con el visto bueno del señor Presidente en Mantua
á 23 de enero de 1896.
Visto Bueno,
El Pbbsidbht% PEDEO SÁNCHEZ.
FORS.
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— 35 —
PROCLAMA ESPAÑOLA
OEDEN GENERAL DE LA COLUMNA DEL DÍA 4 DE
FEBRERO DE 1896. (1)
Soij>Aix)s : Después de eincaenta días de continuafi marchas, de&-
pnós de los combates gloriosos de " Bacunagua," " Rio-feo," " La Cai-
mana," " Guacamaya" y " San Juan y Martínez " erigí de vosotros un
esfuerzo, un verdadero sacrificio, y respondisteis á mi llamamiento
andando 86 horas con pequeños descansos. Parecía ya que las
fuerzas físicas no respondían á vuestro animoso espíritu, pero cuando
en las inmediaciones de Paso Real oísteis los disparos de nuestros bravos
jinetes, cuando visteis en peligro á ese puñado de valientes que honran
al arma de caballeria, el cansancio desapareció, y en pos de vuestro en-
tusiasmo, con valentía sin igual, tomasteis el pueblo á la bayoneta: des-
pués después estuvisteis sublimes; Saboya, Soria, Galicia, Las
Navas, San Quintín y Alfonso XIII, pequeñas fracciones que en Paso
Real representabais las gloriosas tradiciones de la infantería española,
añadisteis una página brillante á la gloriosa historia de esos cuerpos?
j Os acordáis? 2,000 caballos en compacta masa cargando, al aire los
decantados machetes de los orientales famosos, y vosotros bravos infan-
tes con vertidos en murallas de granito, y esa heroica sección de artille-
ría que honra á su glorioso cuerpo, rechazándolos con vosotros, carga
tras carga, paseándoos después triunfantes, rodeados de la hermosa au-
reola de la victoria por todo el campo de batalla para contemplar los
estragos de vuestros certeros disparos.
Soldados : Estoy satisfecho de vosotros : la página más honrosa
de mi pobre historia militar será la de haber tenido la dicha de man-
daros. Voy á curarme la herida que á vuestro lado he recibido; pronto
volveré y entre tanto dejo al frente de la columna á un bizarro soldado,
al coronel Hernández de Velasco, cuyas dotes de pericia y valor os son
conocidas y que seguramente sabrá conduciros de nuevo á la victoria.
YUESTEO GENERAL,
LUQUE.
( I ) Aunque esta proclama, ridiculamente escrita, está destinada á cantar fabulosas proe-
zas españolas, sirve también para demostrar los extraordinarios esfuerzos á que los revoluciona-
rios obligan á las columnas enemigas, imponiéndoles marchas forzadas y penalidades hasta el
sacri/ício.
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EXTRACTO
de las operaciones militares realizadas por el
EJÉRCITO INVASOR,
al mando del Lugarteniente General
ANTONIO MACEO,
desde el 9 de Febrero hasta el 19 de Marzo
de 1896.
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189 6
Después de los rados j gloriosos combates de Paso Real, Candela-
ría y Rio Hondo, combatimos el día 9 de febrero en las inmediaciones
de San Cristóbal contra la columna del coronel Hernández, viéndose
el enemigo obligado á reñigiarse en Candelaria, quedando nuestras
fuerzas acampadas en el sito donde libróse la acción. Kuestras bajas
fueron 6, contando entre éstas la del cometa de órdenes del general
Maceo, que fué muerto á bayonetazos, luchando á brazo partido con un
cuerpo de guardia de los españoles.
£1 día 10 nos aproximamos otra vez á Candelaria, acampando en
el ingenio "Nueva Empresa." El 11 por la tarde libramos combate en
terrenos de la expresada finca, causando al enemigo numerosas bajas,
entre ellas la del jefe de la columna, general Comell. Por nuestra
parte tuvimos 10 heridos.
El día 12 pasamos á la provincia de la Habana, cruzando la carre-
tera y vía férrea por las cercanías de Artemisa, donde se hallaba el
cuartel general de los españoles. Fué ésta una marcha muy hábil y
estratégica, en la que quedó burlada la combinación militar del enton-
ces Capitán General Sabás Marín, que había acariciado el propósito de
interceptarnos el pa^o, acumulando al efecto, sobre la calzada de Arte-
misa 8,000 soldados. Sin disparar un solo tiro, se salvó la terrible
barrera.
El día 13 cruzamos la línea férrea por Güira de Melena, teniendo
que librar combate, en la misma vía, con las tropas españolas que
venían en un tren blindado. Tuvimos 9 bajas, 1 muerto y 8 heridos.
El día 14, entre Quivicán y San Felipe, se repitió análogo episodio al
cruzar la línea férrea, sosteniendo, poco después, nuevo combate con
una columna que acudió en auxilio del tren.
El 15 acampamos en San Antonio de las Vegas y el 16 combati-
mos en dicho punto. Nuestras bajas fueron 8.
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— 40 —
Lo§i días 17 7 18 nos aproxímame» á la capital, acampando en
Santa Amalia. El general Maceo se propnso desprestigiar al general
Weyler qne venía precedido de gran fama militar; y concibió, al efecto,
el proj^to de atacar la ciudad de Jamco, como as! lo efectaó á las ocho
de la noche del mencionado día 18. Uno tras otro fueron tomados los
principales reductos de la plaza j á las doce toda la población quedaba
por nuestras fuerzas. Se quemaron como 20p edificios, recogiéndose
80 armamentos y 2,000 tiros. A la misma hora (media noche) se hizo
retroceder wol tren que venía con tropas de refuerzo.
A las seis de la mañana del día 19 salimos de Jaruco, reuniendo-
nos poco después con el General Máximo Gómez que, con las fuerza»
que llevaba, siguió á la vanguardia de la columna. A la vista del
ingenio "Moralito" rompió el fuego una fuerte columna enemiga que
sostuvo el General en Jefe durante media hora. El General Maceo
acudió al galope con la caballería de Oriente y Brigada Zayas y Ber-
múdez, cargando acto seguido al enemigo que ocupaba una extensa
línea de batalla sobre la carretera de Güines á la Habana. El combate
duró dos horas, sostenido siempre con gran brío por nuestros jinetes.
Por la línea de fuego, del enemigo se dedujo que eran dos columnas
las que ocupaban la carretera. Una hora después se restableció el com-
bate á una legua de distancia de donde tuvo lugar la acción de ^' Mora-
lito." Las columnas enemigas no continuaron el avance. Nuestras
bajas fueron 42 : 4 muertos y 38 heridos: una de las más sensibles fué
la muerte del bizarro coronel Basilio Guerra. A las cinco de la tarde
fué atacado el pueblo Catalina de Güines é incendiados algunos de sus
edificios, mientras las fuerzas de vanguardia se ocupaban en esta ope-
ración, sintióse fuego por uno de los flancos. Una columna enemiga
trataba de cortamos el paso, pero fué rechazada por una soberbia carga
que dio el general Maceo subiendo al galope por un estrecho callejón;
entretanto desfilaba nuestra impedimenta. Obscurecía ya cuando se
emprendió la marcha, sosteniendo el fuego nuestra retaguardia hasta
las nueve de la noche, pues el enemigo con bastante audacia trataba de
interrumpimos nuestro camino por medio de nutridas descargas desde
sus ventajosas posiciones. Nuestras bajas fueron: 1 muerto y 6 heri-
dos. Las fuerzas del general Maceo acamparon en la finca " Carmen,"
á una legua de Catalina de Güines, efectuándola el general Gómez en
la línea férrea de Güines á la Habana.
A las siete de la mañana del día 20 emprendimos marcha, dete-
niéndonos á media legua de camino en la loma del " Gato" para prac-
ticar algunas exploraciones y esperar al enemigo, caso de que intentara
el ataque. A las 10 de la mañana oyéronse algunos disparos, por lo
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— 41 —
qae se ordenó qae la impedimenta prosigiiiera la marcha con lae
fuerzas de vanguardia. El general Maceo, con 200 jinetes de Oriente
y sa escolta, esperó al enemigo. Boto el fnego á quema ropa, fueron
acribilladas las tropas españolas, que presentaban magnífico blanco.
Solo tuvimos 2 heridos. El enemigo, al penetrar en la finca ^^ El Gato,"
se entregó á toda clase de desmanes, asesinando al dueño y á su familia
y algunos pacíficos. En el ingenio ^^ San Luis" nos reunimos con el
general Gómez.
Los días 21, 22, 23 y 24 fueron de paseo por las provincias de la
Habana y Matanzas. El general G^mez marchó hasta Oolón, que-
dando el general Maceo el 24 en '^ Coliseo," lugar donde fracasó la
combinación militar del general Martínez Campos el día 23 de diciem-
bre del año último. En este día, aniversario de la Eevolución, no ha
sonado un solo tiro. Desde que ha tomado el mando de la Isla el
^ . general Weyler, aumentan prodigiosamente las filas revolucionarias.
Muchas mujeres se presentan al Cuartel Gteneral solicitando puesto en
el Ejercito Libertador. El día 25 sostuvimos rudo combate en terre-
nos del ingenio " La Perla," llegando nuestros jinetes en el ímpetu de
la caiga, á diez metros de distancia de los cuadros españoles. Dos
horas largas duró la pelea, renovándose por la tarde en las lomas de
" Guamacaro." Nuestras bajas fueron 34 : 5 muertos y 29 heridos.
El enemigo ha debido sufrirlas considerables en atención á la corta
distancia de los fuegos y haberlos cogido de espalda en una de las cargas.
Los días 26, 27 y 28 sostuvimos combates, aunque no de impor-
tancia, en las diferentes líneas féreas que atravesamos, acampando el
expresado 28 en " Semanat " (provincia de la Habana).
El día 29 entramos en Santa Cruz, población situada en la costa
!N'orte y guarnecida por un destacamento de 30 hombres, á los que se
hizo prisioneros, los cuales fueron puestos en libertad. Se cogieron
30 fusiles y 1,600 tiros.
El dia 1.*^ de marzo volvimos hacia el centro de la provincia de la
Habana por en medio de numerosas fuerzas enemigas.
El día 2 sostuvimos rudo combate contra la columna de Aldecoa
en Nazareno, atacada aquella por los jinetes de Oriente y escolta del
General, llegándose á disparar los revólveres sobre el enemigo con cer-
tera puntería. Por la tarde, en " Eio Bayamo," se entabló nueva pelea
contra la columna de Aldecoa y la de Linares. Nuestras bajas en estos
combates fueron 13 : 1 muerto y 12 heridos.
El día 3 de marzo volvimos, á ^^ Santa Amelia," donde nos infor-
mamos coD exactitud que ascendian á 15,000 los soldados españoles que
teníamos encima el día anterior. Nuestras fuerzas de combate no
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— 42 —
pasaban de 4:00 jinetes. El mismo día sostuvimos fuego en las inme^
diaciones de la carretera, y el 4 en la finca " Dolores/'acampandoá las
seis de la tarde á un kilómetro de Madruga.
El día 6 volvimos á penetrar en la provincia de Matanzas. El 6,
al cruzar la línea férrea, entre Sabanilla y Cidra tiroteamos un tren
cargado de tropas j poco después nuestra retaguardia sostenía combate
con una columna que desde el ingenio "Ácana" acudía en auxilio del
tren. La columna no avanzó y nuestras fuerzas prosiguieron la marcha
acampando en el ingenio " Saratoga." Solo tuvimos un herido.*
A las seis de la mañana del día 7 salimos de " Saratoga" en direc-
ción al ingenio "Diana" donde se hallaba el general Lacret. Por el
camino oímos fuertes descargas que nos hicieron presumir se estaba
batiendo el general Lacret. Se ordenó que se apresurara el paso. Al
dar vista a! ingenio " Diana," divisamos una fuerte columna española
en las cercanías de los edificios, y algunos pelotones de caballería cubana
que se batían en retirada. Fuimos avanzando hacia el enemigo, rom-
piendo entonces éste el fuego, sobre nosotros, que fué contestado por
la vanguardia. El general Maceo con una rápida evolución de flancos
atrajo al enemigo hacia una posición favorable para nuestras fuerzas ;
y una vez logrado el propósito, nuestros jinetes, pié á tierra, acribilla-
ron las tropas españolas por espacio de una hora. Nuestras bajas fue-
ron 6 muertos y 17 heridos.
El día 8, desde las siete de la mañana hasta la una de la tarde, fué
bregar incesante en una serie de rudos combates contra numerosas
fuerzas enemigas, con las que chocamos en " Río Auras" y más tarde
en " Apolinario." Nuestras bajas fueron 18 : 4: muertos y 14 heridos,
entre ellas algunas muy sensibles. La jomada fué may ruda y grande
la fatiga. Los esfuerzos del general Maceo fueron ciertamente prodi-
giosos para salvar, como lo logró, una impedimenta de más de 3,000
hombres á la que intentaba hacer mella el enemigo.
£1 día 9 emprendimos marcha á las tres de la madrugada con
objeto de volver á la provincia de la Habana y acampamos en Galeón
(Matanzas) donde supimos se hallaban muy cerca el General en Jefe y
el general Quintín Bandera con la infantería de Oriente.
A las ocho de la mañana del día 10 se formaron las fuerzas para
recibir al General en Jefe y la bizarra infantería Oriental, cuya entrada
en nuestro campamento despertó intenso entusiasmo. Una hora des-
pués, el General en Jefe, con su escolta y algunas fuerzas de caballería,
contramarchó hacia el centro de Matanzas, quedando incorporada á
nuestra columna la infantería de Oriente para hacer la segtmda inva-
sión á Vuelta Abajo. Emprendimos marcha á través de la Ciénega
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— 43 —
de Zapata 7 á las cuatro de la tarde acampamos al Sor de Naeva Paz
(provincia de la Habana).
El día 11, á las siete de la mañana, emprendimos marcha, pasando
por Bagaez, inmediaciones del ingenio " Nueva Paz," la vanguardia y
el centro cruzaron sin novedad ; pero las fuerzas de retaguardia tuvie-
ron que librar combate con una columna que salió del ingenio ^'Nueva
Paz" con intentos de cortarnos el paso. Nuestras bajas fueron 1
muerto 7 3 heridos. Acampamos á las cuatro de la tarde en '^ Jicotea."
A las siete de la mañana del día 12 salimos de '^ Jicotea," mar-
chando por caminos cenagosos y poco menos que intransitables para
que el enemigo no se apercibiera de nuestra operación de avance por
la provincia de la Habana. A las seis de la tarde acampamos en el
ingenio ^' Luisa," habiendo dejado detrás y á buena distancia de nues-
tra columna, sobre 25,000 soldados españoles.
El 13 salimos del ingenio ^' Luisa", á las seis de la mañana, pasan-
do por el ingenio " La Gía," en cuyo punto contramarcharon la Brigada
del general Lacret, haciéndolo una hora más tarde la Brigada Zar
yas. Nuestra columna prosiguió la marcha hacia Batabanó. A tres
kilómetros de dicha población, entre " Pozo Bedondo " y el crucero
hicimos alto hasta las dnco de la tarde. £1 general Maceo, en su pro-
pósito de desprestigiar al ínclito Weyler, concibió el plan de atacar la
plaza de Batabanó para que el suceso tuviera la mayor resonancia posi-
ble, ya que con anticipación se había asegurado que Batabanó era otro
Sebastopol y que las desmoralizadas huestes insurrectas no podrian cru-
zar la línea fortificada establecida por el general Weyler. A las siete
de la noche, la infantería de Oriente, fraccionada en tres columnas de
ataque, metióse de rondón en la plaza de Batabanó corriéndose hasta
la playa y destruyendo y quemando cuanto á su paso encontraba. La
caballería situóse en la línea férrea para impedir el paso de cualquier
columna auxiliadora. A las doce de la noche casi todo Batabanó era
presa de las llamas. Nuestras bajas fueron 6 heridos ; se cogieron 50
armamentos, muchos equipos, algunos centenares- de tiros, y nuestra
infantería renovó su vestuario. Momentos antes habíamos leído un
bando del general Weyler dando por pacificadas las provincias de la
Habana y Pinar del Eío 1 1
El día 14 proseguimos la marcha de avance hacia Occidente,
acampando en las inmediaciones de Alquízar, donde se hallaba, espe-
rándonos, la Brigada que manda el general Díaz, compuesta de infan-
tería y caballería.
A las siete de la mañana del día 15 se emprendió marcha hacia el
territorio de Pinar del Río, pasando la temible angostura por la Ense-
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— 44 —
nada de Majana. Al llegar nuestras avanzadas cerca del ingenio
^^Neptuno" se tavo noticia de que el enemigo, dividido en dos colum-
nas, trataba de impedimos el paso. El general Maceo ordenó que se
avanzara al galope sobre el enemigo, éste rompió el fuego, primera-
mente, por el flanco derecho, pero, cargado con ímpetu por nuestra
caballería, tuvo que replegarse sobre sus posiciones y no volvió á hos-
tilizamos. Quedaba la columna del flanco izquierdo, la que estaba
apoyada en los mismos ediflcios del ingenio ^' Neptuno," que avanzó
resueltamente sobre nuestras acémilas y gente desarmada que efectua-
ban el paso en aquellos instantes. El general Maceo, con la rapidez de
siempre, acude entonces al sitio peligroso, para contener el avance del
enemigo, y carga con su escolta y la caballería de Oriente entretanto
cruzan los bagajes. La columna espafíola no avanza, conformándose
con hacemos algunos disparos de cafión. ISTuestras bajas en esta jor-
nada fueron 29 : 2 muertos y 27 heridos. Acampamos á las siete de
la tarde en la finca "Esponda" (Pinar del Río), habiendo hecho una
marcha larga y fatigosa, indispensable para llegar al mencionado
territorio.
El día 16 emprendimos marcha á las seis de la mañana, acampan-
do, á coi^a de las once, en la finca " Galope," entre las Mangas y Can-
delaria y á tiro de fusil de la carretera. Una de nuestras avanzadas
vigilaba la mencionada vía. Como á las dos y media de la tarde, bajo
un recio aguacero, el aludido cuerpo de guardia rompió el fuego sobre
una columna española que marchaba por la antedicha carretera, hacia
Candelaria : el enemigo contestó á la agresión con nutridas descargas.
El general Maceo, veloz como el rayo, monta á caballo y se pone al
frente de nuestra infantería empujándola hacia el sitio . del combate.
Marchan á paso de carga nuestros infantes, seguidos por los jinetes de
la escolta del general y un escuadrón de Oriente. El combate se em-
peña rudo y bravo : por uno de los flancos va el Jefe de Estado Mayor
con dos ayudantes arrollando al enemigo, mientras que el general lo
hace por el frente. La columna española se desorganiza, abandona las
posiciones que ocupaba en la calzada y huye en tropel. El general
Maceo quiere empujarla hacia la izquierda para que sea acuchillada por
la caballería que ha mandado á situar hacia ese lado ; pero la orden ha
sido mal interpretada por uno de sus ayudantes y la derrotada columna
española encuentra el paso franco en su huida hacia Candelaria : á esta
circunstancia debe su salvación. Sin embargo, ha habido individuos de
nuestras fuerzas que cogieron á soldados españoles con la mano. El
cañón se escapó gracias á una cerca de alambres, pero se apresaron
gran cantidad de granadas y algunas acémilas. Nuestras bajas fueron
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— 45 —
1 muerto y 22 heridos. El combate duró tres horas, siendo mío de los
más rudos y al par gloriosos^ de la actual campafia. «
A las ocho de la mañana del día siguiente, 17, cruzamos la
carretera por las cercanías de San Cristóbal, plaza guarnecida por el
enemigo. Descansamos cuatro horas al lado opuesto de la mencionada
vía, donde supimos que en Candelaria habían entrado dos columnas y
yióse llegar á San Cristóbal otra fuerza española. Acampamos en el
"Asiento de Frías."
£1 día 18 mientras nos encaminábamos al ingenio " Nueva Em-
presa," nuestros exploradores reconocieron al enemigo que, habiendo
salido de Candelaria, hallábase apostado en un palmar contiguo rom-
piéndose el fuego por ambas partes. Una vez ya en " Nueva Em-
presa " el Cuartel General, se organizaron las fuerzas para el combate,
empeñándose éste poco después entre nuestra infantería y la columna
enemiga. Los españoles no pudieron avanzar, ni aun iniciar movi.
mientes de flancos, puesto que, ocupadas por nuestra infantería todag
las posiciones que daban acceso á nuestros campos, con sus mortíferos
disparos, obligó al enemigo á replegarse, escarmentándolo seriamente
cada vez que inició el avance. El general Maceo estuvo como siempre
en los sitios de mayor peligro. Apagados los fuegos del enemigo se
prosiguió la marcha haciendo alto en las colonias de " Vigil." Dos
horas después una de las avanzadas sostuvo combate con la vanguardia
del enemigo. El general Maceo, en previsión de que hubiese otra
columna por Cayajabos, ordenó la marcha, dejando algunos pelotones
de caballería para que fuesen hostilizando al enemigo, como así lo
efectuaron. Nuestra infantería, que marchaba á la vanguardia, al
llegar al que fué caserío de Cayajabos, rompió el fujego sobre el ene-
migo que acudía desde Guanajay hacia dicho punto. El combate lo
sostuvo durante media hora nuestra infantería, sin que el enemigo
pudiera avanzar un paso. El general Maceo, al oír el fuego, acude al
galope hasta el lugar donde se libraba la acción, empeñándose entonces
con más vigor el combate. A pesar de la granizada de balas que
caía sobre los muros, aún humeantes, de Cayajabos y de los cañonazos
que convergían sobre el mismo sitio, nuestra infantería se mantiene
firme como un roble y acribilla el grueso de la columna enemiga que
se halla como atascada en el camino. Los ayundantes del general y
algunos individuos de su escolta se desmontan y disparan á quema-
rropa sobre el enemigo. El general desea que el combate se generalice
y elige para ello una colina cercana : se abandonan los muros de Caya-
jabos, penetra por entre ellos la masa enemiga y recibe el fuego de
casi todas nuestras fuerzas. El estruendo del combate ensordece du-
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— 46 —
rante media hora á loe combatientes. Nuestras bajas en las dos glorio-
sas acciones de este día sólo son 8 heridos. £1 enemigo ha debido
snfrir más de 300. En la orden general del día 19, se ha consignado
la satisfacción con que se ha visto el dignísimo comportamiento obser-
vado por nuestras fuerzas en las acciones de "Galope,*' "Nueva
Empresa" y Cayajabos, esperando que ellas servirán de ejemplo para
nuevas y eficaces victorias.
BíM (Pinar del Bio\ Marzo 19 de 1896.
El bbigadier jefe de Estado Mayob,
MIRÓ.
¿■laiaifliuflifliuMaiaia
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NOTAS
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NOTAS
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
1 — El general Marín, que sustituyó interínamente á Martínez Campos en
el mando superior déla Isla, intentó encerrar al general Maceo entre Candelaria
y Artemisa; pero, no solamente fueron batidas una tras otra tres de las colum-
nas que hizo avanzar sobre nuestras fuerzas, sino que nos burlamos de sus
combinaciones militares pasando del territorio de Pinar del Río á la provincia
de la Habana sin que el Cuartel General, situado entonces en Artemisa, se
apercibiera de nuestro retomo.
2 — El general Weyler, al tomar el mando de la Isla, declaró que se ale-
graba de que permaneciéramos en el territorio de la Habana, porque le brindaba
ocasión propicia de destrozar nuestras fuerzas, dada la escasa extensión del terri-
torio y los poderosos elementos con que contaba el gobierno españoL £1 general
Maceo se burló de los planes estratégicos del famoso general español, tomando
por asalto la ciudad de Jaruco, y recorriendo después en todas direcciones el
limitado territorio de la mencionada provincia, cruzado todo él de vías férreas
y 'lleno de tropas españolas. Más tarde aseguró dicho general Weyler que,
maltrechas y desmoralizadas nuestras huestes, se encaminaban hacia Oriente,
dando á la publicidad un bando en el que sólo ha faltado el anuncio del
Te-Deum, solemnizador de ruidosas victorias, en toda española tierra. Según
los partes oficiales, Máximo Gómez huía vergonzosamente por los montes de
" Siguanea," Maceo, con escasas fuerzas, iba en su seguimiento, y de las grue-
sas partidas que antes recorrían los territorios de Pinar del Río y Habana, no
quedaban más que pequeñas fracciones ocultas en la manigua y esquivando
todo encuentro con las tropas leales. Mientras Weyler y sus adláteres pregona-
ban tales invenciones, el general Gómez unía á su columna la infantería de
Oriente al mando de Quintín Bandera, y en el día ñjado de antemano se jun-
taba con el general Maceo en la finca " Galeón," provincia de Matanzas.
3 — No puede negarse que las columnas españolas se han movido con gran
rapidez desde que las Cámaras americanas votaron el reconocimiento de la
beligerancia, obedeciendo sin duda á órdenes apremiantes del general Weyler
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— so-
que con antelación había asegurado la batída de nuestras fuerzas ; pero la pericia
del general Maceo y la abnegación de nuestros sufridos soldados, que jamás se
han rendido á la fatiga, han hecho fracasar todas las combinaciones militares
de aquel nuevo Pacificador.
4 — £n época del general Martínez Campos los partes oñciales que se pu-
blicaban de las acciones dé guerra, aunque siempre exagerados, algo dejaban
entrever de la verdad de los sucesos, pero, desde que el tristemente célebre
Weyler ha tomado el mando de las tropas españolas, no pueden leerse las notas
que se dan á la prensa, puesto que no son más que un tejido de patrañas, tan
distante de la realidad de los hechos como el dia de la noche. Eli mando de^
general Weyler se hace notable por dos particularidades : los partes fabulosos ya
indicados, y las atrocidades que cometen las columnas españolas en sus correrías
de devastación y pillaje. Los asesinatos de indefensos pacíficos se registran á
diario, y ésta es la mortandad que causan en nuestras filas las fuerzas españolas,
seg^n rezan las noticias de la prensa amasadas en el Estado Mayor de la Capi-
tanía General. Del combate librado en la loma del "Gato" el dia 20 de
febrero, se consignó, en el parte oficial, que habíamos tenido unos cuantos
muertos vistos; y, en efecto, cuéntanse entre ellos el dueño de la finca y casi
todos sus familiares y algunos vecinos de aquellas cercanías, asesinados villana-
mente por las tropts, con el beneplácito del jefe de la columna, coronel Her-
nández de Velazco (cubano de nacimiento). Otra fechoría sobresaliente que
iguala á las ya conocidas de " Punta Brava " y " Guatao," es la llevada á cabo
por la columna del general Prats á raíz del combate de la " Perla,'* el día 25 de
febrero : después de reducir á pavesas todos los bohíos de aquellos contomos,
fueron asesinados sus pacíficos moradores. Como testimonio fehaciente, ade-
más de la comprobación personal que se ha hecho cerca de los dolientes de las
víctimas, existen en poder nuestro algunas cartas descubiertas entre la corres-
pondencia cogida al enemigo, en las que se relatan, con todos los pormenores
de la intimidad, las aludidas atrocidades, y un compañero le dice á otro que
" ya se acabaron los tiempos de la tolerancia y que ahora le cortaban la cabeza
¿ todo el que se encontraba por el campo."
5 — Las operaciones de esta segunda etapa han sido, si cabe, más activas
que las antenotes, y los combates que se han librado han revestido carácter más
cruento. Verdad es que los elementos de guerra de los españoles han sido
mayores, por virtud de los refuerzos que han recibido de dos meses á esta parte.
Según un cálculo que tenemos por exacto, durante nuestras excursiones por las
provincias de la Habana y Matanzas, teníamos enfrente dos Cuerpos de Ejército
con 80,000.
6 — Hemos sufrido pérdidas muy sensibles: al general Maceo le han que-
dado cinco ayudantes, y ninguno al Jefe de Estado Mayor, bajas todas en acción
de guerra. Por este simple dato puede inducirse la importancia de la última
campaña.
El brigadier Jefe de Estado Mayor,
MIRÓ.
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— 51 —
LUGARES Y DISTANCIAS RECORRIDOS POR EL EJÉR-
CITO INVASOR, DESDE SU SALIDA DE MANTUA.
FECHAS.
LXTOARES.
LEOTTAS.
ZOHAS.
1896.
Enero. . .
24
De Mantua á Macnrijes
8
Pinar del Río.
u
25
" Maeurijes á Santa Lucía.
7
«
ii
26
" Sta. Lucía á Sto. Tomás.
6 .
a
ii
28
" Sto. Tomasa Isabel María
1
ií
a
29
" Isabel María á Püoto...
6
a
«
30
" Püotos á Potosí
4
a
u
31
" Potosí á Herradura
4
((
Febrero..
1
" Herradura á Maeurijes. . .
4
a
((
2
" Maeurijes á Sta. Cruz. . .
5
•
((
4
" Sta. Cruz á San Cristóbal.
2
u
u
5
" San Cristóbal á Candelaria
2
u
a
6
" Candelaria á Asiento Frías
1
ii
((
7
" Asiento Frías á R. Hondo
2
a
«
10
'' Río Hondo á N. Empresa
" Nueva Empresa á Collazo.
'' Collazo á Seborucal
5
ií
« »
11
1*
a
<(
12
12
Habana.
ií
15
'* Seborucal á Celebridad. .
7
((
u
14
" Celebridad á San Antonio
16
de las Vegas
7
ií
u
" S. Antonio de las Vegas á
17
Río Hondo
2
6
a
u
" R. Hondo á Sta. Amelia . .
a
u
18
" Santa Amelia á Jaruco. . .
5
ií
u
19
" Jaruco á Carmen
4
u
a
20
" Carmen á San Luís
5
íí
u
21
*^ San Luís á Nueva Paz. . .
2
ií
ií
22
" Nueva Paz á Galeón
5
Matanzas.
u
23
" Gídeón á Andrea
6
u
íi
24
25
^' Andrea á Perla
6
8
Cárdenas.
u
« Perla á Santa Inés
Matanzas.
ií
26
" Santa Inés á Carmen
6
a
ií
27
" Carmen á Cayajabos
4
a
íí
28
" Cayajabos á Semanat
7
Habana
íí
29
" Semanat á Jigniabo
5
a
Marzo. . .
1
" Jiguiabo á Sta. Amelia. .
9
ii
a
2
" Santa Amelia á Ponce. . .
6
ii
66
3
" Ponce á San Rafael
6
ii
u
4
" San Rafael á Madruga. . .
6
tí
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FECHAS.
1896.
Marzo. . .
— 52 —
CAMPAMENTOS.
6 De
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
Madmga á Magdalen%. . .
Magdalena á Saratoga. .
Saratoga á Nieves.
Nieves á Andrea
Andrea á Galeón
Galeón á Tinajita
Tinajíta Á Jicotea
Jicotea & Luisa
Lnisa á Batabanó
Batabanó á Penal ver
Peñalver á Esponda
Esponda á Berrendo
Berrendo á Asiento Frías,
Asiento Frías á Enbí . . .
LEOVAS.
5
4
4
6
9
6
6
5
3
6
9
5
5
7
262i
ZOHAS.
Matanzas.
Habana.
Pinar del Río.
(í
<
üubí, 19 de Marzo 23 de 1896.
El bbigadieb jefe de Estado MayoB|,
MIRÓ.
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— 53 —
CARTA A WEYLER
REPUBUCI DR CUBI
EJÉRCITO INVASOR
2/ Jefatüxa.
Ho.5(M.
SeUUyr Oeneiral Valeriano Weyler.
Habaka*
A pesar de todo cnanto se había publicado por la prensa respecto
de Yd., jamás quise darle crédito y basar en ello un juicio de su con-
ducta : .^1 cúmulo de atrocidades, tantos crímenes repugnantes y des-
honrosos para cualquier hombre de honor, estimábalos de imposible
ejecución por un militar de la elevada categoría de Yd. Parecíanme,
más bien, aquellas acusaciones obra de mala fe ó de ruin venganza per-
sonal, 7 creía que Yd. tendría buen cuidado de dar un solemne mentís
á sus detractores, colocándose á la altura que la caballerosidad exige y
al abrigo de toda imputación de aquella clase, con sólo adoptar, en el
trato de los heridos y prisioneros de guerra de este Ejército, el sistema
generoso seguido desde su comienzo por la Bevolución con los heridos
y prisioneros de guerra espafíoles.
Pero, por desgracia, la dominación española ha de llevar siempre
aparejada la infamia ; y aunque los yerros y abusos de la pasada guerra
parecieron corregirse al comenzar ésta, hoy viene á demostrarse que
sólo desconociendo ciertos antecedentes personales invariables y una
tradicional incorregible intransigencia hubiera podido juzgarse olvi-
dada para siempre por España, la senda funesta de la ferocidad contra
gente indefensa y de los asesinatos á mansalva. Y es que, en realidad,
cuesta trabajo dar crédito á todo lo que en la vida aparece con caracte-
res de absurdo.
Mas es fuerza rendirse á la evidencia } en mi marcha, durante el
actual período de esta campaña, veo con asombro, con horror, cómo se
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— 54 —
confínne la triste fama de que Vd. goza y se* repiten aquellos hechos,
reveladores de salvaje ensañamiento. 1 06mo ! { Es decir que hasta
lo£ vecinos pacíficos — nada digamos de heridos y prisioneros de guerra
— ^han de ser sacrificados á la " rabia " que dio nombre y celebridad al
duque de Alba ? j Es así como corresponde España, por medio de Vd.,
á la clemencia y benignidad con que nosotros, redentores de este sufrido
pueblo, procedemos en idéntico caso ? ¡ Qué baldón para Vd. y para
España 1 La tolerancia de incendios de bohíos, asesinatos como los de
*' Nueva Paz " y la finca " El Gato," cometidos por columnas españolas,
especialmente las de los coroneles Molina y Vicuña, le hacen á Vd. reo
ante la humanidad entera : su nombre de Vd. quedará para siempre
infamado, y, aquí y fuera de aquí, recordado con indignación, asco y
horror.
Por humanidad, cediendo á impulsos honrados y generosos, á la
vez que identificado con el espíritu y tendencias de la Kevolución, yo
jamás tomaré represalias que serían indignas del prestigio y de la fuerza
del Ejército Libertador de Cuba. Pero, al mismo tiempo, preveo que
tan abominable coducta de parte de Vd. y los suyos provocará en no
lejano plazo venganzas particulares, á las que sucumbirán, sin que pueda
yo impedirlo, aunque haya de castigarlo, centenares de inocentes.
Por esta última razón, pues que la guerra sólo debe alcanzar á los
combatientes y es inhumano hacer sufrir las consecuencias de ella á los
demás, invito á Vd. á que vuelva sobre sus pasos, si se reconoce culpa-
ble, ó á que reprima con mano severa aquellos delitos, si es que fueron
cometidos sin su anuencia. En todo caso evtte Vd. que sea derramada
una sola gota de sangre fuera del campo de batalla ; sea Vd. clemente
con tantos infelices pacíficos. Que, obrando así, imitará Vd. con* hon-
rosa emulación nuestra conducta y nuestro procedimiento.
Soy de Vd.
A. MACEO.
Cayajabos^ 27 de Febrero de 1896.
Es copia.
El Jefe del Despacho,
FKEXES.
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